¡VOLVER A SER NIÑOS!… una buena estrategia para emprendedores
Mientras crecemos y nos hacemos mayores, cometemos un grave error: nos desconectamos del niño que llevamos dentro, dejando por el camino, cualidades que nos hacen fascinantes. Cuando éramos niños, queríamos ser héroes y salvar al mundo. Cuando somos grandes, queremos salvarnos a nosotros mismos del fracaso y la reprobación. Eso nos convierte en víctimas de nuestros miedos y limitaciones.
En la niñez, de seguro eras curiosos, apasionado, entusiasta, enérgico, o sea… un gran emprendedor. Queremos darte 3 claves para que rescates esa esencia y abras un mundo de posibilidades, observando e imitando a los más pequeños.
Observa todo con ojos de aprendiz.
Los niños no se preocupan por aparentar que lo saben todo. Por el contrario, hacen notorio su deseo de explorar y aprender. Un emprendedor exitoso se reinventa, a través del aprendizaje y la preparación: lee, estudia y profundiza en el conocimiento que ya tiene. Valora con humildad toda la información que recibe. Haz a un lado el orgullo y pregunta cualquier cosa que te interese saber. A un niño no le importa si su pregunta parece estúpida. Simplemente, se enfoca en lo que quiere aprender…y ya!
Si te caes, levántate.
Tropezar, caer y levantarse, es el día a día de un niño. Si el golpe fue muy duro, lloran un poco y siguen su camino como si nada. Los adultos tenemos demasiado miedo a caer y a exponernos a la frustración y al “qué dirán”. Volvamos la mirada atrás y recordemos que cuando éramos niños, no temíamos al fracaso. Íbamos por la vida deseosos de experimentar y descubrir nuevas aventuras. Los hombres y mujeres que logran generar prosperidad con sus ideas, calculan los riesgos de sus decisiones, pero se lanzan al agua, resguardados por un espíritu infantil que los convierte en triunfadores.
Vive en tiempo presente.
Los niños son el futuro del mundo, pero viven en tiempo presente. Tienen una clara visión de la inmediatez. En líneas generales, no sufren de depresión ni estrés, porque no saben tenerle miedo al futuro y lo que hicieron hace cinco minutos, poco les importa. Los adultos vivimos en dos fases: enganchados con el pasado, rumiando o justificando nuestros errores; y obsesionados por el futuro: resolviendo problemas que no han llegado y contando dinero que no hemos ganado. Vive en tiempo presente y dedica unos minutos a las pequeñas cosas de la vida: respira profundo, ríe, baila, déjate mojar por la lluvia, camina por la playa ó tírate en la grama de un parque y ve las nubes pasar … momentos como éstos, son los que traerán las ideas más innovadoras y productivas a tu mente.
AQUÍ LES PRESENTAMOS UN VIDEO DE ADORA SVITAK, UNA JOVEN CONFERENCISTA DE 16 AÑOS, QUE NOS HACE REFLEXIONAR SOBRE LA IMPORTANCIA DE RESCATAR AL NIÑO QUE TODOS LLEVAMOS DENTRO.
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